¿Se debe regular el uso de la Inteligencia Artificial en la comunicación de salud?

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Fernando Gordón. Socio-director. Cícero.

¿Se debe regular el uso de la Inteligencia Artificial en la comunicación de salud?

17/7/2023
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“Mi peor miedo es que esta tecnología salga mal. Y si sale mal, puede salir muy mal”. Con estas palabras, Sam Altman, responsable de ChatGPT, se presentó en el Capitolio de los EE.UU hace apenas unas semanas solicitando una actuación urgente. ¿Por qué ahora surge un miedo repentino a la Inteligencia Artificial, que tan buena acogida ha tenido entre la gran mayoría de personas? Tal vez es por el temor de volvernos prescindibles, que se está apoderando de cada uno de nosotros.

Si bien en los últimos meses se han potenciado los usos de la IA, muchos ya le hemos visto las orejas al lobo y hemos advertido que la Inteligencia Artificial puede ser un arma de doble filo. En la era de la transformación digital, la Inteligencia Artificial ha emergido como una fuerza revolucionaria y está remodelando la manera en que las empresas operan y se comunican.  Aunque para muchos ya se ha transformado en una aliada, para otros todavía es una gran desconocida.

El uso de la inteligencia artificial en la comunicación de salud plantea un dilema complejo: ¿es beneficioso o perjudicial para los pacientes? La respuesta, sin embargo, es sencilla: depende de si se utiliza de manera ética y responsable. Como todo avance, su uso correcto o incorrecto depende completamente de uno mismo y, a su vez, el nivel de utilización dependerá de lo delicados que sean los datos y del nivel de decisión.

En este sentido, todavía estamos a tiempo de parar y reflexionar sobre la necesidad de desarrollar protocolos y medidas que garanticen la seguridad y de crear autoridades reguladoras dotadas de los recursos necesarios para controlar el avance de esta IA.

¿A favor de una ley de Inteligencia Artificial para la comunicación de salud?
Después de varios meses en los que no se ha hecho más que experimentar, se ha descubierto una amplia gama de oportunidades que brinda esta tecnología y que abre el abanico de posibilidades de mejora de la comunicación y reputación de las compañías de la salud.

Es indiscutible que la IA tiene un enorme potencial para mejorar la atención médica y el bienestar de las personas. La capacidad de analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real y extraer patrones y tendencias puede ayudar a los profesionales de la comunicación en salud a tomar decisiones más informadas y precisas. Además, la IA puede ayudar a la monitorización de conversaciones y la personalización de respuestas, contribuyendo así a la mejora de la reputación.

En el campo de la comunicación de salud, la IA ya está demostrando su valía. Se ha hablado mucho de la creación de contenido personalizado, pero también existen otras muchas oportunidades como la automatización del marketing o la generación de ideas creativas. No obstante, en un contexto en constante cambio como el que estamos viviendo, el desafío radica en tener la capacidad creativa para saber qué pedir y en tener en cuenta que la IA no solo es una oportunidad para la empresa, sino también para toda la humanidad.

Ahora, en pleno debate sobre los límites de la IA, ¿qué beneficios puede conllevar la regulación de su uso en la comunicación de salud?

1.- Mensajes más precisos y relevantes: La regulación de la IA en la comunicación de salud aseguraría que los mensajes publicitarios sean más precisos y pertinentes para los destinatarios. Los algoritmos podrían ser utilizados para analizar datos demográficos y preferencias individuales, lo que permitiría una segmentación más efectiva de la publicidad y una entrega de mensajes personalizados. Esto resultaría en una experiencia publicitaria más relevante y útil para los usuarios, evitando la saturación y la entrega de contenido no deseado.

2.- Detección y prevención de información engañosa: Por otro lado, la regulación podría establecer estándares y criterios claros para evitar la difusión de publicidad engañosa o información falsa. Los algoritmos podrían ser entrenados para identificar patrones de publicidad fraudulenta y alertar a las autoridades correspondientes. Esto protegería a los consumidores de prácticas deshonestas y aseguraría que la publicidad se base en información precisa y verificada.

3.- Mejora de la experiencia del usuario: La IA podría mejorar la experiencia del usuario al brindar interacciones más personalizadas y efectivas. Los chatbots y sistemas de respuesta automatizada basados en IA podrían proporcionar respuestas rápidas y precisas a las consultas de los usuarios, mejorando la comunicación y la satisfacción general. Además, la IA podría utilizarse para analizar el comportamiento del usuario y adaptar la publicidad en función de sus necesidades y preferencias, lo que resultaría en una experiencia más agradable y relevante para el consumidor.

Ante estas situaciones, por el momento la IA no tiene un reflejo normativo en las disposiciones vigentes. Por tanto, la normativa debe ser consensuada e inaugurar un nuevo escenario para los próximos años en que exista un equilibrio entre la IA y la intervención humana en la comunicación y cuidado de la salud. La tecnología debe ser una herramienta que apoye y mejore las habilidades y conocimientos de los profesionales, en lugar de reemplazarlos por completo.

¿Está el futuro de la salud en riesgo por la regulación del uso de la Inteligencia Artificial?
Como bien decía, la IA ya está dejando ver que se trata de un arma de doble filo. ¿Sabías que existe una fobia a la inteligencia artificial? Es también conocida como "fobia a la robótica" o "fobia a los robots" y es algo ya “normal”. La IA ofrece ventajas significativas, pero también tiene un lado oscuro que implica riesgos asociados a su uso. La revolución de la IA avanza a gran velocidad y todavía no se ha tenido la oportunidad de considerar si todo lo que nos ofrece es beneficioso.

Seguro que te suena el concepto de fake news. Pues con el auge de la IA, las noticias falsas han proliferado y esto, en última instancia, perjudica la reputación de las compañías. Al tratarse de una tecnología abierta, cualquier persona con un mínimo de conocimiento, curiosidad e interés podrá difundir automáticamente y de forma anónima textos o imágenes impactantes y falsas en las redes sociales.

Por lo tanto, es crucial tener en cuenta que, si el contenido generado mediante IA se utiliza sin la supervisión adecuada, puede contener errores, prejuicios o información falsa, lo que podría dañar la credibilidad de la marca y la confianza del público en ella.  Por ello, detrás de la IA debe haber un equipo humano capaz de liderar esta revolución tecnológica y guiar a la "máquina" para crear propuestas de valor veraces que beneficien la comunicación y reputación de la empresa.

En este contexto, ¿existe algún riesgo por la regulación del uso de la IA en la comunicación de salud? Sí. Como toda decisión, la regulación conllevaría una serie de consecuencias:

1.- Limitación de innovación y creatividad: La regulación podría restringir la capacidad de innovación y creatividad en la comunicación y publicidad de salud. Al establecer normas estrictas y rigurosas, se podría limitar la exploración de nuevas ideas y enfoques, lo que impediría el desarrollo de soluciones novedosas y disruptivas. Esto podría obstaculizar el progreso y la mejora continua en el campo de la comunicación de salud, impidiendo la aparición de nuevas formas de llegar a los usuarios de manera efectiva.

2.- Pérdida de la personalización y la experiencia del usuario: La regulación también podría limitar la capacidad de utilizar la IA para brindar experiencias de usuario altamente personalizadas. Al imponer restricciones estrictas sobre el uso de datos y algoritmos, se podría perder la capacidad de adaptar y personalizar la comunicación y publicidad de salud en función de las necesidades individuales de los usuarios. Esto podría llevar a una experiencia genérica y menos relevante para los usuarios, lo que afectaría negativamente la efectividad de las campañas de comunicación y publicidad en el ámbito de la salud.

3.- Sobrerregulación: Existe el peligro de que una regulación excesiva obstaculice la adopción generalizada de la IA en la comunicación de salud. Demasiadas restricciones podrían desalentar a los profesionales a utilizar estas herramientas tecnológicas, privando a los pacientes de los beneficios que la IA puede aportar en términos de eficiencia y calidad de atención

¿Qué nos depara el futuro a los profesionales de la comunicación de salud?
Está claro que la balanza cuenta tanto con argumentos positivos como negativos sobre la regulación del uso de la IA en la comunicación de salud. En nuestra mano está prepararnos, adaptarnos y hacer un uso responsable de la IA a medida que continúa avanzando y se estudia la posibilidad de su regulación. 

Por tanto, el futuro de la comunicación de salud no está necesariamente en riesgo por la Inteligencia Artificial, siempre y cuando se utilice de manera ética, responsable y complementaria a la atención humana.

Es crucial establecer un equilibrio entre la IA y la intervención humana. La tecnología debe ser una herramienta que apoye y mejore las habilidades y conocimientos de los profesionales, en lugar de reemplazarlos por completo.

Además, se deben implementar medidas sólidas de seguridad y protección de datos para garantizar la privacidad y confidencialidad de la información. Los organismos reguladores y las instituciones deben trabajar en conjunto para establecer estándares y políticas en el contexto de la IA.

En última instancia, el futuro de la comunicación de salud dependerá de cómo integremos y gestionemos la Inteligencia Artificial. La IA tiene el potencial de mejorar la comunicación, pero es responsabilidad de todos garantizar que se utilice de manera ética y en beneficio de todos.

La colaboración entre expertos en salud, investigadores, desarrolladores de IA y reguladores será fundamental para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. Si se abordan adecuadamente los desafíos éticos, de privacidad y seguridad, la Inteligencia Artificial puede desempeñar un papel transformador en el futuro de la comunicación de salud, mejorando la calidad de vida de las personas y ayudando a avanzar hacia nuevos horizontes.

No  debemos temer al futuro de la comunicación de salud con la presencia de la Inteligencia Artificial, sino abordar sus riesgos de manera responsable y ética y siendo conscientes de que esto no ha hecho más que empezar.


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