Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el lactobacillus supone una alternativa prometedora, coste-efectiva y segura frente a los antibióticos, en la prevención de infecciones vaginales recurrentes

Casen Recordati, filial española del grupo farmacéutico Recordati, lanza Muvagyn 108 UFC/108 UFC cápsulas vaginales duras, con cepas vivas y liofilizadas L. gasseri DSM 14869 y L. rhamnosus DSM 14870.

Se trata del único medicamento vaginal, no sujeto a prescripción médica, indicado para mantener una microbiota vaginal normal en caso de infecciones vaginales recurrentes, y normalizar la microbiota vaginal alterada después del tratamiento antibiótico de la vaginosis bacteriana (VB).

La toma de antibióticos es una de las causas más comunes de alteración de la microbiota vaginal, pudiendo incrementar tanto la colonización como la infección por Cándida. De hecho, se estima que existe un 33% más de riesgo de desarrollar candidiasis vulvovaginal (CVV) después del tratamiento con antibióticos.

Muvagyn reduce las recurrencias en mujeres con infecciones vaginales tratadas previamente con antifúngico o antibiótico, y ayuda a restablecer y mantener la microbiota vaginal natural (la adhesión de los lactobacilos de la mucosa desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio natural de la vagina, previniendo la adhesión de bacterias patógenas).

En cuanto a la pauta, tal y como se expone en el Consenso en probióticos vaginales de la Asociación Española de Estudio de la Menopausia, los ensayos clínicos destacan la necesidad de tratamientos menos prolongados para los probióticos vaginales como Muvagyn, frente a las presentaciones por vía oral.

También se recomienda que los preparados que se vayan a utilizar como probióticos contengan un mínimo de 108 UFC, ya sea por vía oral o vaginal, para que se produzca una correcta colonización.

Sobre las infecciones vulvovaginales
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el 75% de las mujeres experimentan un episodio de vulvovaginitis sintomática a lo largo de su vida y el 40-50%, al menos, padecen un segundo episodio. Un hecho que podría explicar que, actualmente, el 20% de las consultas ginecológicas se deban a infecciones vulvovaginales.

La candidiasis vulvovaginal es la infección vulvovaginal más prevalente en Europa y la segunda en Estados Unidos, sólo superada por la vaginosis bacteriana. Entre los factores desencadenantes destacan la toma de antibióticos, los altos niveles de estrógenos, o la diabetes mellitus mal controlada.

La vaginosis bacteriana, caracterizada por la pérdida o reducción de lactobacillus, afecta hasta al 30% de las mujeres sexualmente activas de los países industrializados. En estos casos se aumenta el riesgo de infecciones bacterianas, virales o de transmisión sexual. Además, entre el 50-80% de las mujeres experimentan una recurrencia de vaginosis bacteriana, al año de finalizar el tratamiento antibiótico.

En forma de producto liofilizado, los probióticos vaginales han demostrado eficacia en la prevención y reducción de las infecciones vaginales.

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el lactobacillus supone una alternativa prometedora, coste-efectiva y segura frente a los antibióticos en la prevención de recurrencias. De ahí que se recomiende su prescripción, por vía vaginal, en pacientes con alto riesgo de recurrencias. El uso de lactobacillus vaginales mantiene una microbiota vaginal normal y reduce la prevalencia de vaginosis bacteriana.