“No queremos cambiar la opinión de la sociedad, sólo queremos contar nuestra historia”

 

Antes de nada, y para que tengamos una idea de la magnitud de la Fundación, nos gustaría saber cuál es el presupuesto del cual dispone.

La Fundación tiene un presupuesto en efectivo de 10 millones de francos suizos y en cuanto a productos -fármacos para la tuberculosis, lepra, malaria…que se entregan en los distintos programas-, la estimación de su valor es de unos 50 millones de dólares.

 

Hablando de estos temibles males globales: lepra, TB, malaria… ¿Qué expectativas de mejora podemos esperar en este ámbito de cara al futuro y cuáles son los aspectos que no tienen remedio en estas enfermedades?

Antes de nada debemos ser conscientes de que en esta vida, y más en TB, no hay nada fácil de conseguir. Y menos si se buscan soluciones fáciles y rápidas a los problemas, en lugar de buscar soluciones a largo plazo. Se trabaja diariamente en conseguir logros tanto a corto plazo como a medio-largo plazo. Lo que quiero destacar es que no debemos hacer caso a aquellos que dicen que cada día existen más y más casos de malaria o TB en el mundo, porque eso no es cierto y lo único que se consigue es desmotivar a la gente. Debemos conseguir logros diarios, pero sin perder de vista que el trabajo real es a largo plazo. En este sentido, mi lema es: debemos participar en esta maratón, pero sin olvidar ir celebrando los éxitos en los 100 metros lisos.

 

Es evidente que su cargo comporta mucha responsabilidad, pero además también implica tomar decisiones con alto grado de emotividad. Cuando debe tomar una decisión difícil o bien hay algo que, por desgracia, no ha salido como esperaba ¿Qué motivaciones encuentra para seguir ocupando este cargo y no dejarlo todo de lado?

Si uno no tiene motivación en esto, quizás sería mejor cambiar de profesión. Es verdad que los problemas son graves, pero nosotros sacamos nuestra motivación de los pequeños éxitos. Personalmente creo que tenemos el deber ético de hacer lo que podamos con los recursos que tenemos. Mucha gente se resigna ante problemas de tal magnitud, y pierden el tiempo quejándose de los problemas; y yo soy de la opinión de que hay que hacer lo que se puede. Cada vez que veo que alguien está mejor gracias a alguna acción que hemos llevado a cabo, recupero energía para poder seguir adelante. Como decía Mao Zedong, la larga marcha se inicia con un primer paso.

 

¿La Fundación es completamente independiente en su toma de decisiones o depende de los dictados y líneas que marca Novartis?

En un principio sí que somos independientes, pero en la medida en que nuestro presupuesto viene íntegramente de Novartis, debemos acatar aquello que se nos indica. De forma conceptual somos independientes: lo que hacemos, como lo hacemos…y lo que Daniel Vasella –CEO de Novartis- espera de la Fundación es que le demos calidad, que usemos las últimas tecnologías y que intentemos ser los primeros en todo trabajando sin errores. En nuestras cabezas no entra el más mínimo error, ya que nadie nos lo perdonaría. A mí me gusta hablar, en cuanto a recursos, trabajo y expectativas, más de calidad que no de cantidad, y eso es lo que buscamos: la máxima calidad en nuestras acciones. De todas formas, siempre intentamos trabajar con costes asequibles para que todos los países en los que trabajamos, puedan seguir su propio desarrollo una vez nosotros dejemos el país para su propio desarrollo.

 

Durante su conferencia de esta mañana, ha comentado que uno de los objetivos de la Fundación es el de lograr que la industria farmacéutica tenga una mejor aceptación dentro de la sociedad, que hasta ahora no se ha logrado. Es innegable que la sociedad tiene una visión negativa de la industria, y la asocia a grandes derroches económicos, muertes asociadas a fármacos… ¿Qué cree que puede hacer la industria para cambiar esta percepción? ¿O estamos ante una batalla perdida?

Ante todo quisiera afirmar que no creo que la gente sea estúpida y, por lo tanto, no creo que tengan actitudes negativas hacia un sector sólo por el mero hecho de tenerlas. De hecho, la industria farmacéutica lleva más de 20 años haciendo una comunicación bastante mediocre: no ha sabido explicar lo que está haciendo, ni porqué lo está haciendo. Basta con mirar los hechos, en Europa, en el porcentaje de la factura sanitaria, sólo el 15% de ella va al sector farmacéutico, y dentro de ello, finalmente sólo el 1% llega a la industria farmacéutica: En cambio, existe en la sociedad la creencia de que ese 100% de recursos sanitarios llega a la industria, algo que evidentemente no es cierto.

Lo que sí es cierto es que el desarrollo de un nuevo fármaco puede permitir acortar o evitar una hospitalización, lo que representa un gran impacto en lo que rebaja de la factura sanitaria supone. Pero debido a esta mala comunicación, todo ello no se percibe. De hecho, hace 20 años se empezó a hablar sólo de los efectos beneficiosos de los fármacos, dejando de banda los posibles efectos secundarios, y allí fue cuando surgieron los críticos que atacaron a la industria por ocultar información y comunicar sólo en base a sus intereses. Lo que debemos hacer ahora es comunicar más y atender y responder todas las dudas que plantee la sociedad. Personalmente no creo que debamos cambiar la opinión de la sociedad, creo que, y hablo desde el punto de vista de la Fundación, sólo tenemos que explicar lo que hacemos, contar nuestra historia a la sociedad.